¿Quién Participa?
La construcción de nuevos espacios participativo, descoloca a una ciudadanía política educada bajo la dictadura.
La vieja consigna "avanzar sin transar", a pasado a ser la consigna de la intolerancia.
Hoy, reconocer y respetar la diversidad, es parte de una condición necesaria, para navegar en el quehacer social.
No se pueden crear parcelas de intolerancias, exigiendo a otros, un comportamiento, que, desde mi perspectiva, es la correcta.
En este sentido, ¿De qué forma se esta dando nuestra participación social en lo cotidiano?. ¿Esta responde al mandato del partido, o del movimiento, no dejando espacios creativos, innovadores o lúdicos de participación, restringiendo ésta a la doctrina canónica de un proceso revolucionario?
Hoy estamos en un proceso de construcción de esa sociedad que soñamos, es nuestro tiempo. Pienso, que esa sociedad es tolerante, participativa, convocadora, solidaria. Donde la sociedad se construye en lo cotidiano, y no por decreto ni mandato de un estado protector de la democracia o la revolución, porque ya sabemos que eso genera estados policiacos, represivos. La misma cultura no puede ser salvaguardada por un estado porque genera la cultura oficial, única, inhibiendo la creación dinámica que esta tiene.

Hoy día somos Nosotros los ciudadanos.

No dejo de acordarme de uno de los relatos en "Crónicas Marcianas" de Ray Bradbury, cuando el padre, después de tanto ser exigido por sus hijos el conocer a los marcianos, los lleva a un gran lago, para, por fin, mostrarles a esos habitantes míticos de ese planeta, en medio del lago detiene su bote y les pide a sus hijos que miren por la borda. El agua refleja los rostros de la familia y, el padre les dice, ahí están los marcianos.
En definitiva, hoy, nosotros somos esos ciudadanos con consciencia social que debemos asumir la construcción desde esos espacios participativos, que pueden ser las juntas de vecinos, organizaciones funcionales, organizaciones culturales, creando talleres - forma participativa, en todo caso, que se gestó en aquellos años de transformación que fueron los años 60 y parte de los 70 y, que intentaron detener aquellos que ostentaban el pensamiento retrogrado de una clase pacata y conservadora, que era incapaz de ver su propia decadencia, recogiendo la frustración de unas fuerzas armadas sin sentido ni proyección-.
Ahora, el problema podría ser a la inversa, que los propios ciudadanos consientes, educados bajo la dictadura, sean incapaces de hacer una nueva lectura, modificando los códigos reflexivos y de análisis de la realidad, apartándose de aquella clase de la cual dicen ser parte.
En todo caso, es complicado romper el aislamiento, cuando otros han sido quienes han pensado por nosotros, y, los otros no querrán que nosotros cobremos independencia reflexiva, porque en definitiva, esto tiene que ver con los micro poderes que mantiene el poder. Una trampa tautológica.

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