Este poema de Violeta Jaramillo, fue editado en la edición especial de la revista La Pluma, de agosto 2005.
Ella tiene 18 años, pertenece a la comunidad activa del Barrio Cultural El Cortijo 3. Después de participar en un taller dirigido por Ximena, de Pulso Urbano, han comenzado a realizar sus propias coreografías de danza contemporánea, en su grupo Ropa Sucia. Han participado en diferentes eventos culturales de nuestra población El Cortijo 3 y en otros sectores de Conchalí.
Hoy nos sorprende con su faceta literaria.
MSN
Cuando ese sonido sublime traspasa el
parlante de mi computador, mi alma se reboza
de alegría.
Mis dedos bailan sobre un teclado iluminado
de placer.
Es demasiado tarde, la adicción se crea desde
que se conecta tu primer contacto.
Extraño demasiado a mi amigo, cibernauta
adicto a la aventura espacial.
Las voces que viven alrededor mío, sólo se
vuelven parte de mi ecosistema, ahora nada
importa, solo soy yo y la maravillosa creación,
que no fue hecha por ese dios omnipotente,
sino por alguien de carne y hueso, como yo,
débil e inteligente, más creíble que cualquier
otro creador, más fácil de adorar, más
permisivo, y con muchísimos mas seguidores.
No le llamo oda a esto, por que no sé ni cómo
se escribe; sólo sé que cada vez que suena esa
musiquita en mi oído, tengo que tener una
respuesta en mi cabeza, y darle vida a mis
manos.
Ella tiene 18 años, pertenece a la comunidad activa del Barrio Cultural El Cortijo 3. Después de participar en un taller dirigido por Ximena, de Pulso Urbano, han comenzado a realizar sus propias coreografías de danza contemporánea, en su grupo Ropa Sucia. Han participado en diferentes eventos culturales de nuestra población El Cortijo 3 y en otros sectores de Conchalí.
Hoy nos sorprende con su faceta literaria.
MSN
Cuando ese sonido sublime traspasa el
parlante de mi computador, mi alma se reboza
de alegría.
Mis dedos bailan sobre un teclado iluminado
de placer.
Es demasiado tarde, la adicción se crea desde
que se conecta tu primer contacto.
Extraño demasiado a mi amigo, cibernauta
adicto a la aventura espacial.
Las voces que viven alrededor mío, sólo se
vuelven parte de mi ecosistema, ahora nada
importa, solo soy yo y la maravillosa creación,
que no fue hecha por ese dios omnipotente,
sino por alguien de carne y hueso, como yo,
débil e inteligente, más creíble que cualquier
otro creador, más fácil de adorar, más
permisivo, y con muchísimos mas seguidores.
No le llamo oda a esto, por que no sé ni cómo
se escribe; sólo sé que cada vez que suena esa
musiquita en mi oído, tengo que tener una
respuesta en mi cabeza, y darle vida a mis
manos.
Comentarios
esta vida no puede ser un mero tramite para algo mejor, a si que, hay que hacer todo lo que se pueda, y disfrutar, tanto como yo lo hago.