El Tiempo

El Tiempo

Un minuto se hace eterno, nada pasa
Miro la televisión, como siempre, y aún no aparecen los muertos
Sabemos que vendrán, los esperamos, no sacamos los ojos de la pantalla

Cuando me toque estaré al borde de la vida, la muerte me abrazará
Echaremos una partida de ajedrez mientras la vida me tira de una pata
Surgiré desde las pantallas en hogares diseminados por el planeta
Seré parte de las estadística de este gobierno estertóreo

No estaré en la conciencia de nadie, solo seré ese número de campo de concentración, de Getto
Y saldrá el anunciador a contarnos su historia diaria, de la legislación que no fue y de la financiación a sistemas metafóricos que nos carcomen la carne

Seguirán todos el acontecer, como una voz en el desierto, como montañas que truenan y que nadie teme

Eso, solo eso.

Ya llegan los muertos.

Quedaré mutado en un clandestino etéreo, bebiendo mi vino cotidiano con mi amigo Barrabas y sus poemas y pinturas de muerte que llaman a la vida. Colgados ambos en antiguos subterfugios relamidos.

Oh vida azarosa!
Vida vivida, vívida

Esperamos la anunciación glamorosa de los muertos señor ministro. Coloque su mejor rostro e indíquenos que nos dicen sus índices, luego apaguen los focos, recojan todo y apaguen las luces.

Ya nada quedará

Habremos sido su experimento absurdo de la aplicación de su filosófica mirada del mundo.

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